Vivo Gourmet

Nombre: Alberto Luque
Edad: 34
Procedencia: Málaga
Qué ingrediente no puede faltar en su cocina Aceite de oliva
Producto de Almería que le gusta Tomate RAF y ajo blanco
Comida favorita del mundo Udón
Cocina que salva
La cocina le salvó. Alberto tenía 15 años cuando, por casualidad, entró en un módulo de cocina en su pueblo de Málaga. Venía de estudiar mecánica, no le gustaba, andaba un poco perdido. “Me sacó de andar haciendo un poco el vándalo”, confiesa. Y la cocina le atrapó. A los 16 ya estaba trabajando en un restaurante en Periana. A los 17 era jefe de cocina con un equipo de personas con 40 y 50 años a su cargo. “Fue raro, pero me marcó mucho”, recuerda. Desde entonces no ha parado, llegando a trabajar con Dani García.“La cocina me lo ha dado todo. He montado mi negocio, tengo a mi hija. Todo lo he hecho desde aquí”.
En Vivo Gourmet, el restaurante del que ahora es jefe de cocina, la idea es clara: buena cocina, precios justos y platos con personalidad. “Aquí puedes venir a comerte un pincho, una ración o un menú degustación. Comer bien sin tener que gastarte 100 euros”, resume. El estilo es informal, pero lo que sale de cocina lleva muchas horas detrás. “Si tú ves los platos, no sabes con cuál quedarte. Están buenos todos. Pero si me obligas, te digo dos: el canelón de aguacate y el lingote de foie”.
El canelón está hecho con láminas de aguacate. Dentro lleva un tartar de langostino aliñado con cebolla confitada, salsa de soja, mayonesa de curry y un jugo concentrado de gamba. Encima, unas perlas de caviar, gel de zanahoria y aire de lima. “Todo eso para un pincho de 6 o 7 euros. Y la gente flipa”, dice Alberto.
El lingote de foie, en cambio, es más goloso: lleva capas de manzana caramelizada con especias morunas, queso de cabra y foie caramelizado. “Lo hice por primera vez en un hotel. Fue de lo más vendido en las bodas ese año. Luego lo incluí aquí y sigue funcionando”.Quizá por eso gustan tanto: son estéticos, potentes y memorables. “Son platos de Instagram, como yo digo. Pero tienen sabor y trabajo detrás”.
De todos los elogios que ha recibido, hay uno que le supera: “El sábado vino mi hija a comer y al día siguiente me dijo: ‘Papá, las mejores croquetas del mundo las probé ayer’. Eso para mí es lo más grande”. Para Alberto, ver a alguien disfrutar de su comida le da alegría. Y quien entra en Vivo Gourmet lo siente: un sitio bonito, con buena energía, cocina rica y servicio amable. Como él dice, “esto es para disfrutar”.