Restaurante Valentín
Lo mejor de nuestra tierra en cada época
“Lo que más me gusta y lo que el cliente valora mucho son los productos de la tierra. Nosotros ofertamos siempre productos de temporada e incluso del día, lo que haya en el mercado en ese momento. Y muchos clientes vienen y dicen que no quieren ni ver la carta, que le pongamos lo que haya entrado ese día”, cuenta con entusiasmo Valentín Montes, dueño del restaurante Valentín situado en pleno centro de Almería.
“Y eso nos da mucha alegría, porque significa que confían en nosotros y en la calidad de lo que traemos”, continúa. Desde que abrió sus puertas allá por el 1987 en la calle Tenor Iribarne, donde continúa, Valentín ha ofrecido cocina mediterránea, especialmente pescado y marisco, defendiendo siempre los productos locales y teniendo un poco de lo mejor de otras zonas.
“Yo llevo dedicándome a la hostelería toda la vida, pero decidí establecerme por mi cuenta para el concepto que yo quería llevar a cabo. Hay clientes que siguen viniendo desde que abrimos hace más 30 años. Otros que se han ido sumando con el tiempo y, últimamente, mucha gente joven que están aprendiendo a valorar la buena cocina de producto”, asegura Valentín.
Además de su cocina, el espacio también forma parte de la experiencia. El restaurante cuenta con un salón principal elegante, una terraza agradable y una zona de taberna más informal, lo que permite adaptar cada visita a distintos momentos del día. Todo se cuida con mimo, incluida su bodega climatizada, que alberga más de 350 referencias seleccionadas para acompañar sus platos. Desde la gamba roja de Garrucha hasta el gallopedro o el mejor tomate RAF, todo forma parte de su filosofía del respeto por la identidad almeriense.
Hoy su restaurante es ya un referente en la capital, con su ceviche de lubina, las patatas con bogavante o las vieiras, las gambas limpias o su tomate RAF. Valentín sigue abriendo su negocio con la misma ilusión que el primer día: “las ganas, la ilusión y el oficio, que es muy grande. Es un trabajo sacrificado pero muy bonito. Todo merece la pena cuando el cliente te dice que ha tenido una experiencia maravillosa”.