Gamberro

Nombre: Roberto Lancedeli
Edad: 51
Procedencia: Italia

Qué ingrediente no puede faltar en su cocina Aceite de oliva

Producto de Almería que le gusta Verdura y pescado

Comida favorita del mundo Una buena pizza napolitana

Tu vuò fà il napoletano

Desde niño, Roberto Lancedeli estuvo entre platos. Creció ayudando en el restaurante de sus tíos en Italia, pelando patatas, fregando cacharros y observando con detalle todos los secretos de la cocina italiana. “Siempre se empieza desde abajo”, dice. Con 35 años de oficio, ha pasado por todas las estaciones posibles hasta acabar en Gamberro, una pizzería, restaurante y obrador de estilo puro napolitano en plena rambla de Almería. “Aquí no pueden venir con cuentos sobre cómo se hace la comida italiana. La llevo en la sangre”, bromea.

Gamberro es un acogedor y desenfadado, con un ventanal lleno de luz y una ambientación que te lleva a las calles y un horno de leña a la vista que no engaña a nadie. “Ofrecemos lo que no puedes hacer en casa”, dice Roberto convencido. Su estilo es claro: cocina italiana de verdad, con productos italianos y recetas originales. “Cuando alguien me para por la calle para decirme que viene a por mis carbonaras, eso me da orgullo. Aunque ni me vean ahí dentro, me reconocen por lo que cocino”.

Uno de los platos que más salen, sobre todo los fines de semana cuando vienen familias, son los mejillones al vapor. “Siempre frescos, abiertos con vino blanco y terminados con una salsa marinera casera que hacemos aquí". Pero sin duda, la reina de Gamberro es la pizza, una vera pizza napolitana con 48 horas de fermentación, hecha en su obrador y cocinada en su horno de leña, lo que le da un toque único. Una de sus más famosas es la pizza 'Foie de lupo', una deliciosa explosión de sabor con crema de ajos, jamón, Mozzarella Flor de Latte, foie fresco de Martiko, mermelada de higos y rúcula.

El otro plato que triunfa, sobre todo en fines de semana familiares, es la pasta de mar: una mezcla sabrosa de gamba, pota, almeja y mejillones también con un toque picante. “Todo al momento, nada precocinado. Las salsas sí que marcan la diferencia. En casa nadie se pone a hacer un fondo con cáscaras de gamba”.

Ver a la gente disfrutar de su cocina le llena. “Me siento bien, contento”, dice con sencillez. Para él, Gamberro es su casa, su historia y su cocina. “Aquí se está a gusto y se come bien”, afirma con convicción. Porque cuando alguien como Roberto dice que algo está bueno, es que lo está. Y punto.