900 Millas

Nombre: Ángel Santamaría García
Edad: 60
Procedencia: Santander
Qué ingrediente no puede faltar en su cocina Tomate
Producto de Almería que le gusta Verduras
Comida favorita del mundo Le gusta todo lo que esté bien hecho
Un rinconcito gastronómico para disfrutar
Con solo 15 años, Ángel Santamaría García ya regentaba su primer bar en Santander. “En aquellos tiempos se podía tener un negocio tan joven”, dice entre risas. Allí, en plena adolescencia, aprendió lo esencial: mirar, escuchar y trabajar con el producto como protagonista. Más de cuatro décadas después, y ya en Almería, es el chef y alma de 900 Millas, un restaurante pegado a la lonja de la capital, donde todo gira en torno al pescado. “Si aquí te equivocas con el producto, es para matarte”, bromea.
Instalado literalmente a veinte metros del mar, Ángel ha construido un lugar donde el pescado llega directamente del barco a la mesa. Nada de congelados. Solo producto fresco, recetas propias y una fusión de sus dos tierras separadas por 900 millas de distancia: Cantabria y Almería. “Trabajamos el pescado entero, piezas de hasta cuatro kilos, y lo cocinamos de todas las maneras: a la marinera, en tempura, a la sal, al horno, según los gustos de los clientes”. El resultado es una cocina tradicional, sin florituras, que habla el idioma del mar.
Uno de sus platos más celebrados es el pescado a la marinera. El proceso empieza sacando los lomos del pescado y friéndolos aparte. Después, se monta una salsa con fumet casero, elaborado con las raspas y cabeza, junto a un sofrito de verduras frescas, gambas, mejillones. “Cada pescado tiene su marinera asignada. No es una receta al uso, es nuestra versión, hecha aquí. Una marinera al estilo 900 Millas”.
Y aunque no lo parezca, también hay sitio para la tapa. Cada día, el restaurante adapta sus propuestas al pescado menudito de la lonja: jureles, salmonetes, morralla… “Luchamos por mantener la tapa, que es parte de Almería, pero hay que entender que hoy el pescado cada día es más caro y hacemos un gran esfuerzo para poder mantenerla ”, dice. Aun así, su clientela más fiel son los propios pescadores y armadores.
Para Ángel, la mayor satisfacción no es solo servir un buen plato, sino ver cómo la gente disfruta. Y en especial los propios pescadores que trabajan en la lonja. “Eso lo dice todo. Si vienen ellos a comer aquí, será por algo”. Si te gusta la cocina directa y el pescado fresco como el mar, 900 Millas se convertirá en tu rincón favorito.